lunes, 27 de abril de 2009

La "Titan Desert"

Cuatro ciclistas vizcaínos, entre ellos un reportero de EL CORREO, se enfrentarán desde mañana a las dunas y montañas de Marruecos en la Titan Desert, una de las pruebas más duras del mundo. En agosto de 1942, en plena batalla de El Alamein, en Egipto, un oficial británico anotó en su diario: «Recorrer el desierto es como caminar sobre una sartén repleta de mantequilla derretida. El calor y la arena te agarrotan de tal forma tus piernas que avanzar una milla es toda una gesta heroica». Casi 67 años después, un grupo de 190 aventureros desafiará al Sáhara, a partir de mañana, con el objetivo de acabar la Nissan Titan Desert, una de las pruebas de mountain bike más extremas del mundo. Serán 450 kilómetros a través de cinco días de pedaleo, a temperaturas que el año pasado rozaron los 50 grados centígrados. El escenario elegido para este París Dakar de las bicicletas: el sur de Marruecos. Desde 2005, la prueba atrae cada temporada a un nutrido pelotón de entusiastas. La expedición que parte mañana desde la localidad de Zagora reúne a veteranos aficionados, ex ciclistas profesionales -en 2008 ganó Roberto Heras-, jóvenes valores y personajes ilustres. En la nómina de inscritos hay desde bomberos y policías hasta maratonianos y monitores de saltos en paracaídas. La llamada del desierto ha seducido también a cuatro vizcaínos. «En toda mi carrera deportiva jamás había hecho algo tan exagerado. Hay que tomárselo con calma». Consejo de Claudio Chiappucci. Pese a soportar el calor como nadie, 'El diablo' terminó el año pasado sexto. «Si así sufren los profesionales, imagínate nosotros», advierte el getxotarra Juantxu Abasolo. A sus 59 años, este aventurero comparte escuadra con Xabier Erdaide y Luis Uribeetxebarria. Juntos forman el equipo Ciclos Maestre , con sede en Bilbao. No les preocupa la clasificación general: «Para nosotros, acabar ya es bastante». Este año, la Nissan Titan Desert combinará el extenuante desierto con la dureza de las montañas del Atlas. Las etapas tienen una longitud media de unos 90 kilómetros y cada participante deberá cargar con un equipo que supera los cinco kilos de peso. La organización obliga a tomar la salida con tres litros de agua, herramientas, una manta térmica y un 'road book' o libro de indicaciones. Es el seguro de vida en caso de pérdida. Porque esa es otra de las dificultades: habrá navegación, como en el Dakar. Los participantes se valdrán de la brújula o el GPS para moverse entre las dunas y alcanzar la meta. El otro gran obstáculo será la etapa maratón que abarcará el martes y el miércoles. Los ciclistas la afrontarán sin ayuda externa: no habrá masajistas, ni mecánicos; sólo un campamento en mitad de la nada, donde reponer fuerzas y arreglarse uno mismo su montura hasta la salida del día siguiente. Además, como todo calvario tiene su cruz, cada aventurero está obligado a transportar durante estas 48 horas un saco de dormir.
Imprevistos Pero la prueba no amilana a los atletas. «Vamos a pasarlo bien y a disfrutar, que de eso se trata», le resta hierro Uribeetxebarria. Casi cada inscrito tiene su caballo de batalla. «A mí me da respeto la navegación, porque si te pierdes puedes hacer muchos kilómetros a lo tonto», apunta Erdaide. Sus dos compañeros coinciden en que uno de los grandes obstáculos puede ser el estado de sus traseros. «A muchos les salen dolorosas llagas por el calor y por pasar tantas horas sentados sobre el sillín. Hay muchos abandonos por este motivo».
Lo que el equipo de Ciclos Maestre tiene claro es que cualquier situación imprevista puede echar por tierra sus ilusiones y arruinar la preparación de los últimos meses: «Cualquier detalle puede convertir el desierto en un infierno».
Si quereis seguir la prueba, pinchar en el enlace de la web oficial:
http//www.titandesert.com/es/index.php
tambien podeis seguirla en la web de maestre:
http//www.maestrebilbao.com/web/