miércoles, 7 de enero de 2009

El roscón de reyes....

Muerto el rosco se acabó la ansiedad». Ahora ya sí, ya podemos decir que empieza el año provechoso, el año lectivo, el tiempo que necesitamos para transformarnos en ese ser maravilloso que todos llevamos en el portaequipajes de nuestras entrañas, amordazado, y que espera pacientemente ser liberado por nuestra voluntad. Hemos tenido la fortuna de que hoy sea miércoles, un día sin connotaciones festivas, eso nos ayudará a retomar el rumbo de la austeridad perdida, o nunca practicada, como es mi caso.
Los seis días anteriores son el felpudo del año, no los tendremos en cuenta, tan sólo se verán reflejados en alguna analítica desafortunada. Pensemos que son una especie de peaje solidario que hay que pagar, nuestra aportación al equilibrio económico y social. Si no nos comemos todo lo que nos hemos comido, si no gastamos todo lo que hemos gastado en regalos, dejaríamos sin trabajo y sin sentido a miles de fabricantes de productos navideños. Y consecuentemente, también se verían afectados, en los días sucesivos, miles de dietistas, nutricionistas y entrenadores personales que se van a poner las botas a costa de quitárnoslas a nosotros.
Sí, amigos, somos necesarios hasta en nuestras conductas menos virtuosas. Ahora bien, ya no hay excusas, hoy es el día de empezar a sustituir 'Jijona' por 'acelga', y 'sofá' por 'paseo'. Sincronicemos todos el reloj, como en las películas de robos difíciles: a la de una, a la de dos, y a la de... ¡Un momento! Hay un problema. Ayer sobró medio rosco de reyes relleno de nata, que estaba de muerte. Lo podríamos tirar, de acuerdo, pero tirar comida no está bien visto. También lo podríamos regalar al vecino, pero le pasaríamos nuestro problema a él. ¿Qué hacer? Yo creo que nos lo vamos a comer estos días, a poquitos, y ya que nos metemos en el fin de semana, acabamos la bandeja de los turrones, y el lunes empezamos el año como Dios manda. Es lo bueno de tener felpudo hermoso......