En la mitología griega, “kairós” es “el momento oportuno”. El instante preciso para hacer algo, la oportunidad que se presenta cuando tenemos los sentidos dispuestos a reconocerla. Como un rayo de sol en un día nublado, iluminando una ciudad mojada por la lluvia. Si caminamos mirando al suelo y con un paraguas, no apreciaremos su belleza.
El momento oportuno pasa de largo si vivimos esclavizad@s por las obligaciones, nuestra estrechez de miras o el apego a rutinas que nos limitan. Sus consecuencias: estrés, ansiedad, insatisfacción… Pero si nos damos la oportunidad de parar, todo puede cambiar.
No hace falta meditar o ir a una isla paradisiaca....
El día tiene muchas horas que, bien aprovechadas, parecerán multiplicarse al estar cargadas de satisfacción y bienestar.
• Planifica. Es inevitable tener obligaciones que cumplir, así que organiza tu agenda para tener claras las prioridades y poner horario a las tareas que no puedes eludir. Una vez cumplidas,date permiso para gozar del resto de tu tiempo sin que el reloj o los asuntos pendientes te coman y sin sentirte culpable por no rendir las 24 horas como una máquina.
• Déjate llevar. Vive tus horas de ocio sin horarios, sin planificar al milímetro. Deja que surja el impulso de ir a un lugar inesperado, las ganas de comer algo que normalmente no te apetece o el placer de no hacer absolutamente nada. Y apaga el móvil. Verás que no se acaba el mundo ni eres imprescindible.
• Escúchate. Descubre tu reloj biológico, lo que le sienta bien a tu cuerpo y a tu mente. ¿Sabes en qué momento del día tienes más vitalidad? ¿Qué comidas te hacen sentir pesad@? ¿Con qué estado de ánimo se relaciona el hecho de que rindas más o te encuentres un poco depre? Párate a escucharte y lo sabrás.
• Paso a paso. No hay necesidad de parecer una equilibrista todo el tiempo. Si te concentras en una cosa, procurando aportarle toda tu energía y no tener la cabeza en otro sitio hasta que la termines. Descubrirás que rindes más y con menos estrés.
• Tiempo para el placer. Dedica un tiempo a la semana a hacer algo que te guste. Siempre tenemos más tiempo del que creemos, y podemos “rascar” al menos media hora. Por breve que sea, quedará en la memoria como un rato tan agradable que parecerá más grande y placentero que las horas pasadas en un atasco, el supermercado o una reunión interminable.
No cuesta nada probar.....
Tened cuidado hay fuera....